lunes, 4 de julio de 2011

De paseo con María Santísima....

       Cae la tarde en mi ciudad.... el sol suele esconderse rojizo en este rincón del planeta... el aire tibio y perfumado de una primavera que insiste en llegar antes de tiempo, me acaricia el rostro...mientras mis pasos me llevan hacia una pequeña plazita....
       Allí te encuentro, dibujada sobre los cerámicos amarillos... con tu niño en brazos, muchacha de Nazaret... y tu mirada me llega al alma..... puedo sentirte en el aire....en el perfume de los rosales cercanos... hueles a rosas, María, hueles a primavera...
       Me siento en un banco, estoy cansada por la larga jornada, el trabajo, los chicos, la casa, las cuentas.... los problemas de todos los días que, no por repetidos y comunes, dejan de ser problemas... te miro y te pido ayuda... espero tu sabio consejo, tal como, “Mira, Susana, haz esto o aquello, etc, etc, etc”... te miro y espero que hables a mi corazón... en lugar de eso me miras... y dulcemente murmuras a mis oídos...
-          “Ven... vamos de paseo”...
       No comprendo...de veras no comprendo... pero te sigo mirando.... y los cerámicos amarillos parecen tener luz...
-          Ven, -repites- ven conmigo a Nazaret....
-           ¿A Nazaret?
       Sí... me invitabas a Nazaret... cerré los ojos y te seguí... caminamos por varios sitios que no recuerdo... bueno, en realidad no los miraba, sólo te miraba a ti, tan dulce, tan bella, tan REAL...
       Al llegar a una pequeña aldea dijiste:
      -    Esperame aquí, volveré por t i- susurraste mientras me acomodabas tras unos árboles de especie desconocida.
-          Pero... Señora...¿adónde vas?, por favor, no me dejes sola aquí!
-          ¿Dejarte, hija querida?¿dejarte sola?, Nunca lo hice y nunca lo haré... No temas, estaré al alcance de tu vista en todo momento y, jamas lo dudes,... volveré...
       Te alejaste, majestuosa en tu sencillez, tus ropas se tornaron igual que la de las mujeres del poblado. Entraste a una pequeña casa hecha de adobe , que en nada se diferenciaba del resto, y buscaste un cántaro  de barro...( no sé porqué razón pero podía verte a través de las paredes),una cubeta de cuero y una soga lo suficientemente larga para llegar con la cubeta hasta el nivel del agua. Tomaste los enseres y te dispusiste a salir... En ese momento un joven alto, de impecable mirada y voz de campanas, que entró desde el fondo de la casa, te dijo:
      -    Madre, espera...
-          Sí hijo, dime...
-          Madre... yo... lo siento, es que... mi túnica... pues.... se ha roto por accidente...discúlpame por favor....
Le miraste con infinita ternura y respondiste:
-          No te preocupes... cambiate  y esta noche lo remendaré...
-          Es que... madre, ... debo entregar unos trabajos esta tarde... y, tú sabes...
-          Bien, me apuraré, pero ayúdame con el almuerzo, no tengo tantas manos...
       El joven asintió y desapareció tras una puerta, y tu  te encaminaste hacia el pozo ...
       Allí había muchas mujeres rodeando a una que lloraba desgarradoramente. Dejaste tu carga a un costado y te acercaste, silenciosa... la pobre mujer había perdido la única moneda que tenía para alimentar a sus hijos...
        Fuiste rápidamente  hasta tu casa y, mientras Jesús lavaba cuidadosamente sus manos para la hora de comer, tomaste un trozo de pan y poco de leche que el joven acababa de servir...
       Cuando te disponías a salir él te dijo:
      -    No cambias ¿verdad?...Ah! mi dulce madre, tan generosa y de corazón tan sensible, ¿ te dije ya cuanto te amo?
          Se te nublaron los ojos...  sabías que no podía tener secretos con él... lo amabas... lo amabas tanto.... Te despediste con una mirada que fue mas elocuente que mil palabras...
-          En el fondo de su jarro, madre...
-          ¿Qué dices?- preguntaste.
-          Dile que busque en el fondo de su jarro.... allí está la moneda....
      Nada dijiste ...él te contempló partir ...te miraba con ternura pues sabía que no era fácil vivir con él...
      Te acercaste a la mujer y le diste los alimentos y, en una muestra de confianza digna de una madre, preguntaste:
       -    Por casualidad ¿No habrá caído en el fondo de tu jarro?
        Las mujeres te miraron con incredulidad pero, como te respetaban, miraron dentro del cacharro... allí estaba la moneda... Cuando te buscaron  para comentarte ya no estabas, sino que ibas camino a casa, con el cántaro repleto de agua sobre tus frágiles hombros.

    Junto a Jesús  disfrutaste de un sencillo almuerzo...aunque entre las conversaciones a veces quedaban huecos... se extrañaba la presencia de José.
    Jesús volvió luego al taller y tú a tus tareas, debías zurcir la ropa de tu hijo enseguida, y luego lavar, pues el cielo amenazaba tormenta y los gruesos vestidos tardaban mas de un día en secarse... Además había poca leña, por lo que tendrías que ir por mas a un lugar un poco alejado, pero deberías esperar a que fueran varias mujeres, pues no estaba bien que fueses sola... Te sentaste a zurcir, te dolía la espalda y casi no veías... te acercaste a la ventana, había mejor luz...te costó trabajo terminar la tarea, pero estuvo lista justo a tiempo para la salida del hijo...


        Iba cayendo la noche... habías trabajado mucho... junto a Jesús oraste un buen rato... te daba mucha paz mirarle a los ojos....
        Llegó el momento de descansar... casi no se veía, pues había aceite para una sola lámpara...
        Tú sentías un fuerte dolor en la espalda por el peso de los trabajos y tus manos estaban callosas y ásperas.... Jesús te ayudó entonces a extender las mantas sobre el piso y se acostó,  te quitaste el velo un momento y  alisaste tu  cabello....,  te inclinaste luego sobre el lecho de tu hijo y le besaste la frente...una y otra vez... y  saliste de la casa sin hacer ruido
         Jesús, que se había despertado con tan dulce caricia, sintió como unas lágrimas caían por sus mejillas al tiempo que susurró:” Tus besos me harán mas soportables las espinas, madre querida”...

      Dejaste la casa y viniste hacia mí... tus ropas volvían a ser como las dibujadas en los cerámicos amarillos...
-          Aquí estoy, Susana...¿ves? este fue mi hogar en esta tierra...yo también tenía días duros, días en los que el tiempo y las fuerzas me jugaban malas pasadas..., días en que la rutina contrastaba con el momento magnífico de la Anunciación y yo no entendía nada...Pero Él era mi fuerza y mi apoyo, mi amigo y mi consejero, por él todo lo soportaba en silencio... Ay, mi querida ¿sabes cuanto costaba el silencio?, mi secreto me acompañaba y no sabía yo si debía hablar o no... José me decía que el momento llegaría y el secreto se transformaría en signo de esperanza... pero la rutina es dura y puede gastar los corazones mas fuertes si dejas que te absorba....Bueno, Susana, debemos volver...
  Yo te miraba con devoción, comencé a llorar...  entonces me abrazaste... me abrazaste con ternura y con fuerza... fue el abrazo mas dulce y pleno que recibí en la vida... sólo atiné a decirte...”Te amo, Señora mía, te amo tanto!!!”

     Volvimos a la plazita...cuando abrí los ojos ví que se acercaba el sacerdote con otras personas y recordé que había misa... Me quedé, pues después de tu abrazo quería también el abrazo de Jesús al recibir la Eucaristía....

      Volví a casa... mi mirada estaba... iluminada, eso, iluminada, mi rostro ya no reflejaba el cansancio.... Hoy te digo Gracias por escuchar mi oración de aquella tarde, gracias por enseñarme a ir a Nazaret a conversar contigo, de mujer a mujer... Hoy quiero contarle esta historia a una amiga mía que está un poco triste....

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      Amiga que lees estas líneas... la casa de María está abierta también para ti, no dudes en ir a ella cuando estés agobiada, cuando la rutina, el dolor o la desilusión te nublen el alma, pero ¡por favor!, tampoco olvides ir a contarle cuando tu alma esté llena de risas, de pájaros de flores... ella se alegrará  mucho, le hará bien hablar contigo...
      Lleva crema de manos...y, con la excusa de una coquetería, acariciarás las manos de la mujer que mas te ha amado en toda la historia.....
... Por cierto, llévale mis saludos..
                  María Susana Ratero
                  susanaratero@gmail.com
NOTA de la autora:
"Estos relatos sobre María Santísima han nacido en mi corazón por el amor que siento por Ella"

Secreto de María, secreto de mujer

   Es domingo en la mañana, entro al recinto de la pequeña parroquia de la Virgen de Luján, acabo de recibir una bella noticia y estoy feliz, tengo ganas de contarle a todo el mundo que me han propuesto un nuevo trabajo, realmente apenas si puedo contenerme... es lógico, cuando estamos felices queremos, necesitamos contarlo....
   Entro y te miro, María Santísima, vestida con un manto celeste sobre tu blanca túnica ..., y te saludo:
    -Buenos días, princesa... muy buenos días....
    Sabes, porque lo ves latir con fuerza, que mi corazón rebosa... quiero contarte... porque soy humana y necesito de las palabras demasiadas veces... Pero el susurro de tu voz interrumpe mi monólogo egoísta:
    - Calla.... calla, hija mía, calla que aún es tiempo de silencio....
    Me cuesta comprender... lo sabes, cierro mis ojos, mi alma corre a refugiarse entre los pliegues de tu manto... y, sin que nadie lo note, nos vamos juntas al jardín de Tu casa....
    Nos sentamos en un banco y tu me dices...
   - El silencio, mi querida, es muy difícil, pero nos sirve para dominar nuestro espíritu y moldear el alma y el carácter según los designios de Dios... al final de cuentas ¿Porqué hablarías hoy a tus amigos y conocidos?¿Por la gloria de Dios o para halagar tu vanidad escuchando los elogios de los hombres?...piénsalo....
    Bajo los ojos, no tengo valor para mirarte pues tienes razón, quería contarle a todos aquello que mi vanidad reclamaba como "su derecho"...
     - Ven -dijiste- te mostraré lo duro que fue para mí... iremos a Air Karim.....
     - ¿Yo... contigo... en la caravana?-
     - Sí, nadie te verá, sólo yo, pero tu no debes hablar con nadie....
    Te sigo otra vez, mis ojos cerrados pueden ver el color de las arenas del desierto, el viento caliente me da de lleno en el rostro... La caravana avanza lentamente desde Nazaret hacia Air Karim....
    Caminamos juntas entre un montón de mujeres...percibo mis ropas... me cuesta llevarlas... pues son como las tuyas... las sandalias, el manto.... te miro y callo, mi reina... ¿qué podría decirte?, de repente me haces una seña para que vayamos tras unas dunas... tienes náuseas, estás por vomitar... ¡Claro!, si estás en el primer trimestre del embarazo... casi todas tenemos náuseas, vomitamos, y alguna comida en particular nos parece horrible... A ti también... vomitas varias veces, seco tu frente y te abrazo, mi pequeña de quince años... luego yo, torpe como siempre, doy la nota:
   - Quédate aquí, iré por ayuda...
   Me miraste como diciendo .."¿Es que no comprendes?"
   - ¿Ah sí?, y qué les dirás... ¿qué "la Virgen" está vomitando tras las dunas, que estoy embarazada...?¿Olvidas que aún no soy la esposa de José?, No, amiga, debemos callar, faltan varios días para llegar, pero llegaremos, con la ayuda de Dios...
    Comienzo a comprender, lentamente, la dimensión de tu entrega...
    Esa noche nos acostamos en una tienda, no comiste pero te las ingeniaste para que nadie lo notara... en una caravana de varios días donde no abundan los temas,hubieses sido el centro de atención.... La noche está oscura y fría, no puedo dormir, tú te acomodaste entre mis brazos y te quedaste dormida... Repentinamente te sobresaltas...
   -¿Qué sucede? Tranquila, todo está bien- susurro para no alterar el sueño de las demás...
   - Es que... mi vientre... duele un poco....y aún tengo náuseas... pero no te inquietes... si llego a vomitar lo haré sobre este paño que he traído.....
    Comencé a acariciar tu pelo...te dormiste otra vez... nos sobresalta, horas mas tarde, el griterío de los hombres....
    Seguimos caminando, el calor del desierto se hace sentir... por momentos estabas casi bien..., tu diminuta figura pasaba inadvertida....¡Si supieran!, pero no.. es mejor así...
     Air Karim se dibujaba en el horizonte... Isabel esperaba....
    Necesité preguntar....
    -¿ Y tus padres?¿Cómo hiciste para decirles... digo, para que te dejaran venir?...
    - ¿Ves esa mujer que viaja con varios niños?, pues es una prima de mi madre, a cuyo cuidado he venido, pero he preferido apartarme un poco, te habrás dado cuenta por qué...
    - Mi señora.... cuanto nos has amado... cuanto debemos todos a tu silencioso sacrificio de mujer....
    - Todo lo aprendí de él- dijiste acariciando tu vientre con infinita ternura...- además el Padre siempre tiene detalles... esta prima de mi madre llegó a casa apenas el ángel se retiró, con la noticia del embarazo de Isabel... yo estaba aún aturdida, sorprendida, extasiada, por lo que el ángel me había dicho, de manera que sólo atiné a decir..."padre, debo ir con ella", al principio mi padre se opuso, pero el Señor vino en mi auxilio y conseguí el permiso.... será un gran alivio hablar con Isabel... presiento que algo sabe....
   Air Karim se dibujó nítido ante nuestros ojos... la casa de Isabel estaba  un poco a las afueras del poblado... Nos despedimos de los parientes y nos encaminamos hacia nuestro destino....
    María divisó a Isabel sentada en el pórtico de su casa, su vientre de mas de seis meses le servía de apoyo para sus manos dedicadas de pleno a la labor....
    -Isabel!... Isabel!- casi gritaste... tenías tanto grito ahogado en la garganta...
   La mujer levantó la vista y dijo:
    -¿ Quien eres?, Acercarte, mi vista no es buena y casi no puedo caminar...
    - Isabel ... es que ¿Acaso has olvidado hasta mi voz?- y te fuiste acercando hasta ella...
    - ¡Querida mía... María...Oh Dios Todopoderoso!, si es  María,  mi  María!...- exclamó gozosa la mujer mientes te abrazaba-
   - Oh, Isabel... la noticia de tu hijo llegó hasta mí, por eso, he venido a servirte hasta que nazca el niño...
    - ¡Bendito sea el Señor!-Isabel tenía los ojos llenos de lágrimas- Tú... justamente tú... a servirme a mí... ¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a mí? Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre... Dichosa tú que has creído... pero mira, María, siente- dijo tomando tus manos jóvenes y colocándolas sobre su vientre- mi niño ha saltado de gozo... María... ¿qué mas puedo pedir?
     - Oh, Isabel, en verdad te digo que
Mi alma canta la grandeza del Señor
Y mi espíritu se estremece de gozo en Dios mi Salvador
Porque miró con bondad mi pequeñez...
En adelante todas las generaciones
Me llamarán feliz... feliz...
Porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas - y ví como cruzabas las manos sobre tu vientre incipiente, como queriendo ya acariciar a Jesús-
¡Su Nombre es Santo!
Su misericordia se extiende de generación en generación
Sobre aquellos que le temen...desplegó la fuerza de su brazo
Dispersó a los soberbios de corazón, derribó al los poderosos de sus trono
Y elevó a los humildes...
Colmó de bienes a los hambrientos
Y a los ricos... a los ricos los despidió con las manos vacías...
Socorrió a Israel , su servidor, acordándose de su misericordia,
Como lo hacía prometido a nuestros padres, a favor de Abraham
Y de su descendencia para siempre... para siempre... para siempre.....

   Cuando terminas de dar rienda suelta a tu corazón aprisionado, cuando el secreto ya no pesa en el alma, ambas se abrazan durante largo rato... ¡Qué descanso para tu alma de niña-mujer-madre! Ahora podrás hablar con ella, contarle lo que sientes y ella te aconsejará... quizás deban esperar los momentos en que no haya personas cerca para no despertar sospechas... hablarán del Mesías, le contarás que, al igual que todas las doncellas de Israel tú también te preguntaste alguna vez ¿Seré yo?¿Seré la elegida?, hablarán de ángeles mensajeros y de profecías cumplidas, pero también hablarán de pañales, de parto,de lactancia.... Isabel ha asistido a varios partos y te contará cosas.... como sabiendo que estarás solita con José en el momento mas maravilloso de la historia...ella te enseñará como amamantar a Jesús... en fin... las mismas cosas que habla cualquier primeriza de la tierra.....
    Siento que estoy demás, que este momento te pertenece, que es como un oasis del que te alimentarás en los desérticos días que vendrán hasta que José te tome como esposa...dura  prueba para el amor de ambos... dura prueba... pero de ella hablaremos el próximo domingo... ahora debo volver...
    Por esas cosas de los sueños, el tiempo no ha pasado casi en la pequeña parroquia de mi barrio...
   Escucho que comienzan a cantar, el sacerdote está por entrar... apenas tengo tiempo de despedirme.... me veo de pie cantando, mientras el celebrante se prepara  para comenzar la misa... siento que tengo fuerzas para dominar mi vanidad... y esas fuerzas vienen a mí con olor a desierto, a viento, a dunas guardianas de secretos....
     Miro tu imagen... no hay signos de la reciente travesía, sonríes...murmuro el Ave María repitiendo las palabras del ángel, las de Isabel... creo que nunca más rezaré un Ave María apurada..., repitiendo como autómata... no... cada vez que lo rece regresaré a Nazaret, a Air Karim... porque cada vez que lo rezamos el ángel te vuelve a saludar, Isabel te vuelve a abrazar.. y yo... yo solo puedo rezarlo de rodillas.....                     
     Recuerda, amiga, este relato de amor cada vez que reces el rosario....pues Isabel y los ángeles, lo rezarán contigo.....
                                                                                         María Susana Ratero
NOTA:
"Estos relatos sobre María Santísima han nacido en mi corazón por el amor que siento por Ella"

El Primer Dolor de María y José....



 Este domingo te recordamos, María, como Nuestra Señora de los Dolores....Despues del sermon de la misa me quedo pensando en tu corazón herido... cuéntame, Señora, de tus dolores del Rosario... cierro los ojos  y tu imagen se queda en mis pupilas, pienso en el primero, háblame de tu primer dolor....
-Pues...de hecho no es el primero del Rosario
-Si te hace mal... no, deja, María... deja para otro día...
-No, quiero contarte... para que comprendas....volvamos a Air Karim, donde quedamos la última vez ¿recuerdas?...
Cómo olvidar cada momento contigo.... Te sigo y veo como te despides de Isabel, un abrazo... otro, como queriendo detener el tiempo.... el griterío de la gente que pasa te da la señal definitiva... debes partir, te sigo....Nos mezclamos las dos entre la gente, tu prima y su familia te saludan y te recominedan no te alejes... eres su responsabilidad hasta Nazaret....
Comenzamos la caminata, lenta, ardua, bajo el sol del desierto.....Vas silenciosa, pensativa, casi preocupada...
-¿Todo bien?- y mi pregunta desentona, es muy occcidental, muy del siglo 21....
-No, amiga mía, no está todo bien... deberías saberlo.....Nazaret está mas cerca cada minuto..., mi hijo mas evidente, y José que me espera para la boda sin saber de esto ni una palabra...
-¿Se lo dirás?...
-¿Como hacerlo?.... Voy a su casa, así como así y le digo..”José, amor mío, el Mesías esperado late en mi vientre hace cuatro meses por obra del Espiritu Santo...”Tú, ¿Cómo  crees que reaccionará?... No lo digas....
Callé, tenía razón... ¿quién iba a creer su historia?...Sólo Dios podía sacarla de este trance...y realmente no le quedaba mucho tiempo para decidirse...
En el viaje hablaste poco... muchas veces te sorprendí acariciando tu vientre pequeño pero evidente, a escondidas.... una tarde mientras el sol caía y cada uno de los viajeros sólo se preocupaba de organizarse para la noche, te alejaste silenciosamente tras un grupo de animales que habían quedado al costado del campamento...pensé en Belén...te seguí en silencio....
-          ¡Hola, mi amor!..-decías suavemente mientras acariciabas tu panza de mamita joven-¿como estamos hoy?... un poco inquieto ¿verdad?... calma... mi precioso hijo, calma... todo esta bien... solo quería recordarte que te amo, que te amaré siempre... pase lo que pase, jamas dudes de mi amor...- y gruesas lágrimas rodaban por tus mejillas.... Me acerqué lentamente, y te abracé, pequeña, tan frágil y tan fuerte, tan niña y tan mujer.....
Volvimos al campamento.... y nos acostamos a dormir...
Me despertaste un poco antes del amanecer, te sentías mal....
-          Creo que vomitaré otra vez, este viaje no termina nunca....-  vomitaste sin hacer ruido, y la arena del desierto escondió tu secreto.........

   Nazaret se dibujaba lentamente en el horizonte... faltaba poco....los sonidos de la caravana formaban una extraña melodía....paso a paso ibamos llegando las dos... cansadas, llenas de polvo, con la incertidumbre en el alma sabiendo que la vida de la mujer que portaba la salvación de los hombres dependía, paradójicamente, del amor y la confianza de un sencillo carpintero.... los extremos de Dios... que incompresnsibles nos resultan los extremos de Dios....
Llegamos a tu casa, allí te esperaba  la cuñada de José, pues tu madre estaba un poco enferma...
-          ¡María!, que alegría volver a verte... ¿Como ha sido tu viajes?
-          Bueno, sí, realmente muy bueno... estoy cansada...¿Me disculpas?
-          Sí, claro, vé a dejar tus cosas que te preparo algo de comer...¡Me olvidaba! José viene enseguida, pues quería hablar contigo sobre la boda.....¡Espero sea pronto!- comentó entusiasmada la mujer que sentía por la joven sincero afecto....
En un rincón de la casa acomodaste tu sencillo equipaje. Al terminar me miraste directo a los ojos....y tu mirada, traspasada de dolor, me llegó al alma....Hubiese querido ir corriendo a la casa de José y decirle quien era él en la historia de la humanidad, aunque me hubiesen matado luego por desquiciada... pero estoy aprendiendo de ti, María, y me quedo en silencio a tu lado...
-¡María!- la voz de tu futura pariente nos sobresaltó- José está aquí....
Había llegado el momento decisivo....Partiste caminando lentamente tratando, a duras penas, de ocultar tu vientre....
 José estaba en el patio de la casa, un hombre mas bien alto, de ojos oscuros y mirada serena, sus facciones eran simplesy tranquilas, el rostro de un hombre trabajador y honesto... José tenía el rostro de todos los trabajadores del mundo...
Miró a su prometida con amor infinito. María se acercó a él, y le saludó... en ése momento el hombre reparó en el estado de ella y la miró a los ojos...nada dijo, pero alcancé a ver cómo se le humedecía la mirada.... Sé que hubiese querido preguntarle poqué, quién ...¿Es que ya no me amas, María?... mas nada dijo... Se despidió y se retiró en silencio...
Me quedé a tu lado y murmuraste...”Vé con él, por favor, vé con él”....
-          Pero, Señora mía, no puedo dejarte sola, tienes desgarrada el alma....
-          ¡Pero yo tengo a mi hijo aquí!¿Es que no comprendes?¡José está solo y está mal!Sólo Dios sabe que pensamientos se le cruzan por la cabeza...
La pregunta era inevitable...
-          ¿Temes por ti?
Y la respuesta , sólo digna de ella...
-          No, temo por él....
Ambas sabíamos que si José te denunciaba por tu traición (¿qué otra cosa podía pensar?) serías apedreada hasta morir, en la plaza pública....aún así, temías por él...
Te obedecí y fui corriendo tras José, quien no podía verme.... El pobre hombre salió del poblado y se dirigió a un pequeño monte... Allí entre la soledad de los árboles, dio rienda suelta a su dolor...
-          ¡Oh Dios todopoderoso!- Gritó mientras caía de rodillas-¡Qué terrible angustia ha caído sobre mi alma...! María, mi dulce María está... está.... embarazada- y la palabra le destrozó el alma y lloró con ese llanto desgarrador que brota de las entrañas de un hombre justo-... Señor... ¿qué hago?..Algo... algo... muy dentro de mí me dice que no debo dudar por ¿¿¿Cómo???, ¿Cómo, Señor, si la realidad es cruel y me grita una traición que no comprendo?....Si la repudio, Señor y sabes que es mi derecho,... si la repudio la matarán... a ella y .. y a su hijo- José estaba al borde de la desesperación, pues el amor que sentía por María podía pasar la barrera del despecho humano- ¿Cómo impedir la muerte de ella y del pequeño?.... Una sola cosa queda por hacer....me iré en secreto...que todos piensen que la abandoné... así, la vergüenza recaerá sobre mí y no sobre ella....Lo siento María, no puedo hacer otra cosa.....- Y José se tendió en el suelo y sus lágrimas  penetraban esa tierra santa.....Y Dios no se hizo esperar... era demasiado el dolor de ese hombre, pues todas las legiones de los ángeles clamaban por él misericordia...
José seguía en el suelo.... como adormilado en su inmenso dolor... cuando el Ángel Gabriel se le acercó y le dijo...
-          José... José, Hijo de David....¿Porqué dudas del poder de Dios?¿Acaso no sacó a su pueblo de Egipto, en el pasado?
-          ¡Dios Altísimo! ¿Quien eres...?¿Qué quieres de mí?
-          No temas llevar a María a tu casa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo... Ella dará a luz un hijo al que pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecado.....
El angel se retiró... todo el cielo quedó expectante.....de su respuesta dependía el destino de los hombres...
José miró a su alrededor...las palabras del ángel resonaban aún en su corazón... todo estaba claro ahora... la espera de israel había terminado... y a él se le había confiado el Mesías esperado...., sólo atinó a decir en voz baja...
-María, amor mío... perdóname... – y se incorporó rápidamente, secó sus lágrimas con el manto y salió corriendo en busa de su amada... yo le seguía, pensaba en ambos, en su amor, ese amor que nació en corazón de Dios antes de que naciera el tiempo....
Al llegar al poblado comenzó a caminar y pasó inadvertido entre los pobladores...llegó a tu casa, María... tú estabas aún en el patio...Sufrías por José... Volteaste la cabeza y le viste... no comprendías su mirada radiante....
Acercándose a ti te dijo...
-          María amor mío, cuánto habrás sufrido en silencio...
-          José... yo..
-          Perdóname, perdóname si en algún momento dude de ti, perdóname y acéptame como tu esposo. Ante Dios prometo que cuidaré de ti y del niño por el resto de mis días...
-          Mo hay nada que perdonar José, es que yo ... yo no podía decírtelo, pero grande es el Altísimo que te ha revelado la mas bella de las noticias... Ahora lo sabes....¡Gracias Dios mío por consolar mi corazón!... Gracias José....
-          Tú serás mi esposa y yo seré el hombre mas honrado de la tierra....
Se miraron con profundo amor... él sabía que debía cuidar del tesoro de Dios... pensó un instante en su propia vida...se preguntó si era digno.... no había respuesta... sólo la misericordia de Dios puede hacernos dignos, jamás nuestros propios méritos.....

Los vecinos se habían enterado de la llegada de María... y de la visita de José, las muchachas comenzaron a llegar y rodearon a la novia y la llenaron de preguntas femeninas...Los hombres se acercaron a José para ultimar detalles del festejo.... alguien comenzó a tocar música.... todos comenzaron a bailar esas bellísimas danzas del pueblo de Israel... la música me resultaba extrañamente conocida... la estaba cantando el coro de la Parroquia, el sacerdote estaba comenzando a dar la comunión... Miré por última vez los felizas danzantes.... Pasaste junto a mí bailando con las muchachas....el dolor había pasado, el amor había salido victorioso... Jesús dormía cómodamente en tu vientre... Me abrazaste con el alma...”Felicidades, princesa, felicidades..”pensé....
Abrí los ojos, y me encaminé hacia el altar para recibir la comunión.... Miré tu imagen... el coro segúi cantando y yo tenía ganas de bailar como tú y tus amigas en Nazaret....
El primer dolor de amor había pasado...llegarían otros, después.... ahora.... ahora quiero quedarme bailando contigo.....María de Nazareth....

 Marís Susana Ratero
NOTA:
"Estos relatos sobre María Santísima han nacido en mi corazón por el amor que siento por Ella"

Hacia la Profecía

   El Buen Dios nunca nos pide algo sin indicarnos luego los caminos....aunque esas indicaciones no siempre son claras, es... como un laberinto intrincado cuyo único norte es la fe, pero la fe en serio, la fe que sigue, terca,a pesar de los argumentos “realistas” del mundo, esa fe que camina aún contra la esperanza humana, esa es la única forma de fe que que halla los caminos de Dios....

   Miro en este día tu imagen, Señora de Luján, celeste y blanca como mi bandera, y te pido, primeramente, por los niños de mi patria... por esos niños pobres... tan pobres como ese hijo tuyo nacido en un pesebre, tan solitos ustedes.....
-          Disculpa, hija...¿Dijiste..”solitos”?.... Ay, mi querida ¡qué equivocada estás!- dijo tu dulce voz en mi corazón-
   Cerré los ojos y me dejé llevar por tus palabras....los abrí y el viento me dio de lleno en el rostro, estaba tras de ti y José, que caminaban en Nazaret, de vuelta a casa.... de pronto un ruido acompasado, metálico, frío y nada alentador invadió el aire .... un grupo de soldados romanos se dirigía al centro del poblado y la gente los seguía temerosa....
   El oficial principal llevaba un pliego enrollado en su mano... yo escuchaba con horror esos pasos acompasados... pensé en la Pasión y se me estremeció el alma.... El que parecía ser el jefe se detuvo y sus hombres le rodearon en semicírculo....Cuando la gente hubo llegado se produjo un silencio de muerte... yo temía hasta que mi propio corazón hiciese demasiado ruido y me descubrieran...., lo notaste, María, y me tomaste de la mano, fuerte, como agarra la mano sólo una mamá....
   La voz potente del mensajero imperial irrumpio en la tranquila vida de tu pueblo:
-          Escuhad, habitantes de Nazaret... Este es un edicto del Emperador: “ A los efectos de saber la cantidad de súbditos del Imperio, ordeno que seais registrados en el lugar de origen.. el que no cumpla con esta obligación, será encarcelado y juzgado”.. Firmado El Emperador César Augusto....
   Un creciente murmullo acompañó la salida de los soldados... Miré a José, tenía los ojos llenos de lágrimas que se empeñaba en ocultar, María le miraba sin comprender...El buen esposo le dijo:
-          Debemos ir a casa, ahora...- y salió caminando de prisa, María le seguía y debía esforzarse por alcanzarle...., cosa que él notó y disminuyó el paso...
   Entraron a su casa. José cerro la puerta y la ventana....a pesar que era pleno día... la habitación quedó en semipenumbras... José entonces rompió a llorar y a reir... parecía un loco... o un hombre demasiado feliz....
-          Oh, María, mi dulce e inocente María!....¿Sabes lo que significa esta orden del emperador....?
-          Pues... no... yo he nacido aquí, pero soy mujer y sólo censan hombres... tú también eres de aquí... José ...no te entiendo, esposo mío...
-          ¡Reina mía!- decía el hombre sin parar de reír y de llorar- Hay algo... algo de mí que no sabes...nunca te lo dije pues no le dí importacia....y ahora.... ahora el Señor....¡El Señor se sirve de nuestros enemigos para mostrarnos el camino!....María...María...¡He nacido en Belén!¡En Belén! ¿comprendes ahora? ...
-          Dios....-murmuraste con la mirada...iluminada....casi se podía ver tu alma irradiando luz...-Dios....
-          Sí, esposa mía... Dios....-y colocandose en medio de la habitación dijo, con voz firme pero decidida-¡ Y tú... Belen Efrata..aunque eres la mas pequeña entre los pueblos de Judá, tú me darás Aquel que debe gobernar a Israel...!....La profecía se cumplirá sin que nosotros la hayamos forzado e ninguna manera....
-          Pues, viajaremos a Belén, entonces... – y tu tono sonaba decidido..
-          Sí, pero... ¿En tu estado?¿Te atreves a realizar semejante travesía? Sólo tengo un pobre animal para llevarte.... ¡Oh, mi amada!¡Te mereces el mejor de los cortejos y sólo te ofrezco un asno miserable!....
-          Tu corazón paternal, tu celo y tu ternura será para nosotros el mejor de los cortejos- dijiste acariciando el prominente vientre.....
   Llegó el día de la partida, el sol aún no había asomado en el horizonte, el viento arreciaba con fuerza... José dispuso tres animales para la travesía,  María se sentó sobre un asno manso y muy limpio... Partieron... Largo y peligroso trayecto, a través de las montañas, con caminos intransitables, durmiendo a la intemperie... Difícil prueba para una virgen-niña embarazada, para una pareja solitaria....En esos largos días muchas veces perdieron las fuerzas, pero jamás perdieron la fe... eran preferibles las penalidades ha haberle dicho “no” al Señor... toda la vida de María será un eterno “hágase tu voluntad...”
   Belén apareció nítidamente en el horizonte el día 24 de diciembre.... llegaron casi al medio día... la ciudad estaba atestada de viajeros, comerciantes y gente que de paso para cumplir con el primer censo de la humanidad.... Los parientes de la pareja se excusaron de todas las formas posibles, ya que sus casas estaban repletas... comenzaba a anochecer... apenas habían comido en casa de unos primos... María estaba totalmente agotada....
   Pasaron frente a una posada, un lugar atestado de gente , carros, y  animales... la posadera, de pícara mirada, le dijo a José:
-          Vamos hombre... entra .. aquí te haremos un lugar...
   El futuro padre terrenal del Salvador dirigió una rápida mirada al albergue... No era precisamente el mas indicado para semejante nacimiento... por ello, dirigiéndose a María le dijo:
-          Vámonos... no sé donde iremos pero no nos quedaremos aquí... caminemos Él nos mostrará el lugar...
   La posadera no les dio importancia y siguió tratando de conseguir clientes... Los padres de Jesús siguieron caminando por una larga y estrecha calle que, poco a poco, iba despoblándose... mas ellos, como impulsados por una extraña fuerza, no se detenían.....
   Tras unos árgoles se divisaba una pequeña casa, con un pesebre al costado.... casi había oscurecido...Unos hombres estaban terminando sus tareas cuando los vieron y enseguida repararon en el estado de María....
-   ¿Buscas alojamiento, forastero?...
-          Pues... sí, mi esposa está a punto de dar a luz y yo...
-          Nada, no me expliques nada... hay un lugar en el pesebre, si no les incomoda, pueden pasar allí la noche...varios han pasado por aquí y nadie quiso entrar...
-          Pues nosotros lo haremos- dijo María presintiendo que la presencia del hombre era una señal- Gracias....
-          Si necesitan ayuda, pues, mi esposa y mis hijas están aquí....
Cuando María y José estuvieron solos en la entrada  ella dijo:
-          ¡Este es el lugar...!¡Lo sé, lo siento...!..
   José acomodó los animales y su reducido equipaje en un rincón, mientras ella se disponía a encender el fuego... de repente un grito ahogó su garganta...
-          ¡María!¡María!- José corrió presto a ayudarla..
-          José creo que el niño nacerá pronto... ¿Qué pasará ahora? ¡Dios lo sabe...!... ¡Oh, Israel... si supieras!
   José la ayudó a recostarse... ella pudo ver el cielo a través  de las ranuras del cobertizo... estaba extrañamente brillante... no se movía ni una hoja... todo estaba en calma... repentinamente una intensa luz que venía desde la eternidad, llenó el lugar... se escuchaba como un batir de alas... miles de ángeles rodeaban el pesebre... los ángeles mayores entraron...uno de ellos se acercó a María... se arrodilló junto a ella y, tomandola por los hombros, la colocó en su regazo... los ángeles cantaban una extraña y bella melodía a Dios Padre que yo no podía comprender, pero estoy segura de que José y María sí la entendían, podía leerlo en sus ojos....Yo me había escondido tras unos animales... no me consideraba digna de presenciar semejante momento... Cerré los ojos....
-          Es tuyo, María, este momento es tuyo... no lo invadiré... te amo, te amo tanto....
   Repentinamete la música se hizo mas fuerte, un intenso perfume que provenía de todas las flores del mundo, me llenó el alma... María gritó, y su grito brotó de las entrañas de la humanidad... No era un grito de dolor... era... , no lo sé, no lo sé... Luego.. luego el llanto, el llanto tímido y sereno del Salvador del mundo, quien había descendido hasta hacerse niño... totalmente dependiente del afecto y cuidado de sus padres...el llanto de la humanidad, el llanto por la humanidad.... el llanto de Jesús...
   Cuando abrí los ojos los ángeles ya no estaban... María tenía al pequeño entre sus brazos... aún estaba recostada, solo que su cabeza estaba en el regazo de José...       Permanecieron así largo tiempo, el niño se había dormido... ella cantaba una canción de cuna.... José volvió a la realidad, debía prepara comida para su esposa y asegurar que el lugar estuviese, al menos, tibio....
   El niño despertó con hambre... y la niña-virgen-mamita nueva debía darle de mamar... José estaba como atropellado, el pobre, yendo de un lado para otro, le temblaban las manos aún por lo vivido... La joven acercó el niño a su pecho... no había allí mujeres que le ayudaran... estaba sola y no podía contar con José para estos temas... pensé en tantas mamitas que estan solas a la hora de amamantar... que nadie las ayuda o aconseja... quisiera gritarle a todas esas mamás que en tales circunstancias lleguen con su alma al pesebre de Belén y busquen a la niña-virgen-mamita nueva... ella las sostendrá para que puedan alimentar a sus hijos....
   Esta noche es Nochebuena y mañana es Navidad... recordé la cancion aprendida en la infancia...mañana vendran los pastores, luego los reyes... la locura de Herodes....pero esta noche... esta noche hay una niña-Virgen-mamita nueva amamantando al Salvador del mundo... ella alimenta ahora al pequeño Mesías... luego... mas tarde, será Él quien se transforme en alimento....
   Es hora de partir...mas tarde la humanidad cantará villancicos ....después... mientras, yo seguiré pensando en la niña-virgen-mamita nueva que alimenta los sueños de los niños.....

                                                                                                            María Susana Ratero
susanaratero@gmail.com
NOTA:
"Estos relatos sobre María Santísima han nacido en mi corazón por el amor que siento por Ella"

De cara al mundo

   Hoy es día de Comuniones en la Parroquia de Luján… hoy es día de fiesta…
   Entro al recinto tras los niños, impecables, radiantes, puros… llevan el corazón lleno de gozo, van a encontrarse con su Señor… el coro canta “Gloria a Dios en las Alturas…”, los ecos de las voces llegan a mi alma. Te miro, María, con tu vestido celeste y blanco que atrapó los colores de mi bandera, como diciendo”Argentina, no temas, estás en mí” Te miro y me dices al alma…” ¿Querías saber cómo llegaron los pastores a Belén? Pues, así…” Y me tomas el corazón entre las manos y me llevas al pequeño recinto donde, dos días antes, nació el Salvador del mundo…Allí me quedo, ha amanecido, tu estás lavando los pañales, aún te mueves despacio, pues estás en pleno post-parto… te pregunto, entonces, por José…
   - Pues ha ido a Belén a registrarse, creo que demorará bastante, ayer también fue pero no pudo llegar, había demasiada gente y mucha confusión.
   - ¿Te ayudo en algo? Estás solita.
   - Solita no, Jesús está aquí, pero levántalo, si quieres, recién se ha despertado y debo darle de mamar… ¿le cambiarías sus pañales mientras termino?
   Me quedo muda… ¿Yo? ¿Cambiarle los pañales a Jesús? Mis manos tiemblan y creo que me va a estallar el corazón…
   - Vamos- dices sonriendo- tómalo, se supone que la primeriza soy yo.
   Muchísimas veces en mi vida he pensado en Jesús, hasta me imaginé hablando con él de muchos temas, mas nunca lo vi de esta manera, pero María tiene estos detalles.
  Tomo a mi Señor entre los brazos y me dirijo al tendedero, que José ha improvisado, por pañales limpios… camino como entre nubes… ese pequeño, tan igual a mis hijitos, ese pequeño a quien le debo todo lo que soy… ese pequeño necesita ahora de mí…. ¿Cuántas veces, mi Señor, has necesitado de mí y yo no te he escuchado?
   María sonríe al ver mi torpeza…
   - ¡Vaya! Realmente parece que nunca has cambiado un niño- y ríe como mil cascadas.
   - Es que… Señora… es Jesús…
   - Te entiendo, a mí también me costó al principio, temía equivocarme pero poco a poco fui aprendiendo, como todas las mamás.
   Terminamos juntas de ordenar el recinto y salimos a caminar. Al anochecer vuelve José del poblado.
   - Esposo mío, gracias a Dios has vuelto, estaba preocupada.
   - Todo está bien, aunque había mucha gente, y ya pensaba que no iba a poder registrarme, cuando un soldado me dijo que pasara, que me había visto también ayer y otras cosas, y me registró enseguida. Me sorprendió porque, cuando terminó me dijo”Vuelve pronto con tu esposa”…
    María me mira y nada dice… es noche de pastores…
    Mientras María termina de amamantar a su niño José le ayuda con la cena. En ese momento unos veinte hombres, jóvenes y viejos, se acercan al pesebre y saludan, José sale rápidamente a su encuentro y, con una mirada, le hace señas a María que fuese al otro extremo del recinto. María le obedece en silencio.
   - Shalom, amigo…- dice un anciano de aspecto agradable y piel curtida por el viento del desierto.
   - ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué quieren aquí?
   - No temas, amigo-continúa el anciano- es que hemos visto la noche más resplandeciente que jamás haya existido, hemos percibido los más deliciosos perfumes y luego, luego esas voces… tan angelicales… todos las hemos oído, no puede haber sido un sueño…
   - ¿Voces? ¿De qué voces me hablas? ¿Cuándo ha sucedido esto?
   - Te hablo de las voces de los ángeles, hace dos noches, nos dijeron que ya había nacido “...un Salvador, que es el Mesías, el Señor”( Lc 2,11), que lo encontraríamos en un pesebre, bajo la estrella que brilla con fulgor. Nos ha tomado dos días llegar aquí.
   En ese momento María se acerca un poco a José y le pregunta:
   - Esposo mío, ¿Quiénes son ellos?
   - Ellos, ellos lo saben, María- dice el padre con los ojos húmedos.
   - Pues entonces que pasen y que vean por ellos mismos lo que les fue anunciado…
   Los pastores entran, no sé como, pero sigo yo escuchando el coro de mi parroquia cantando maravillosamente el “Gloria a Dios en las alturas”. El más anciano de todos se arrodilla frente a María y sólo murmura:
   - Señora… Señora mía…
   Entonces todos hacen lo mismo, María entrega el niño al anciano y éste le sostiene con ternura. Mira a sus compañeros y les dice…:
   - No viviré yo tanto tiempo como para verlo hombre… pero los más jóvenes lo verán… les pido no olviden esta noche…
   Entre los más pequeños hay un pastorcito cuya mirada no se aparta del niño, lo mira… extasiado…       Cuando los pastores están por retirarse el pequeño aún no se mueve, con los ojos fijos en Jesús, que ya está otra vez en brazos de su madre… su padre le dice entonces…
   - Pedro, vamos, debemos volver a Galilea…- y dirigiéndose a José le comenta:
   - Perdone usted a mi hijo, es que nosotros somos pescadores y hemos venido a visitar a nuestros parientes, cuando vimos el anuncio… Desde ese momento mi hijo está… como en otro mundo…
   Los hombres se retiran. María entonces se acerca a la entrada de la cueva y, mirando al cielo, susurra:
   - Oh, Señor ¡Qué admirable eres! ¿Qué significa la presencia de los pastores? No comprendo, Dios mío, pero estoy en tus manos… hágase en mí tu voluntad.
 
   Más tarde, María recuesta al niño junto a José, que ya está dormido, agotado por la intensa jornada, y se vuelve a mí… salimos fuera y comenzamos a caminar juntas… tu vestido vuelve a ser celeste y blanco y el paisaje se desdibuja… nos encontramos dentro de la parroquia… antes de la despedida me hablas al alma…:
   - Mi buena amiga, los pastores llegaron con un mensaje de luz, de paz, de alegría… al verlos podía pensar en un futuro lleno de maravillas para mi Jesús, el Salvador, el Mesías… pero allí también estaba Pedro, para que yo, años más tarde, entendiese que en el

camino de mi hijo habría también soledad, abandono, traición, … cruz….
   - Entonces, Señora mía, ¿Cuándo comenzó realmente la Pasión de Cristo?
   - Es una buena pregunta… busca la respuesta en tu corazón…y pregúntate también ¿Terminó realmente la Pasión de Cristo?... – Acaricias mi cabello y entras, te mezclas entre las gentes, besas a cada niño con ternura infinita… tu beso es como una brisa perfumada… Y vas a colocarte justo al lado del sacerdote, pues tu Hijo está por hacerse pan, pan para los niños, pan para el mundo, pan… sencillamente…


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    Me quedo pensando… ¡Cuántas coronas de espinas tejí para ti, Señor, cada vez que no te elegí! ¡Cuántas veces te hice más pesada la cruz, más cuesta arriba el camino, cada vez que no tuve el valor de cumplir tu palabra!. Perdóname Señor… perdóname y sonríe, sonríe con los niños que hoy van a recibirte, como los pastores, y cantemos, María, cantemos juntas… “Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad”…

Maria Susana Ratero
susanaratero@gmail.com
NOTA de la autora: "Estos relatos sobre María Santísima han nacido en mi corazón  por el amor que siento por Ella.”



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