miércoles, 17 de diciembre de 2014

Las Navidades de María

 Las navidades de María 

   Hoy comienza diciembre y caminamos hacia el segundo domingo de Adviento. Te pido me acompañes, María, en estos días especiales para el alma. Días de preparación y espera. Días de revisión profunda y cambios necesarios….
   - Días de recuerdos… perfumados por el  eterno amor de la Santísima Trinidad- me cuentas, bajito, en esta tarde de Adoración Eucarística…
   Y en mi alma brota la pregunta que esperó allí tanto tiempo:
   - ¿Cómo han sido tus Navidades, Madre?
   Y aún sin moverme de mi banco, siento que me haces un lugarcito bajo tu manto:
  - Hija, mucho antes de que el glorioso día del Nacimiento de Jesús se llamase Navidad, yo he tenido, cada año, un profundo volver del alma a esos días de Nazaret y Belén…. Han sido regresos distintos. Unos ocurrieron antes de la vida pública de Jesús, íntimos y desconocidos para el mundo, otros durante ella, con secretos aún no develados…Hasta que finalmente, luego de Pentecostés, he compartido con la Iglesia naciente todos los secretos que guardaba en mi corazón….
   - Cuéntame, Madre, por caridad cuéntame, para que mi alma saque, de este Adviento, el mayor fruto posible…
   Y, como quien abre el cofre de un valioso tesoro, abres para mí los secretos de tu Corazón:
   - Hija, hubo una primera Navidad en Belén, la noche del Nacimiento de Jesús. Noche de asombro y misterio. Noche de puertas cerradas y ángeles cantando y anunciando “…una gran alegría… Os ha nacido en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo Señor” (Lc 2,10). Noche en que el Todopoderoso siguió haciendo “en mí grandes cosas”. Noche que he guardado en mi Corazón desde entonces, como cada mamá guarda en su corazón el día del nacimiento de su hijo. Luego vinieron los años de la vida oculta de Jesús…. En esos años mi corazón volvía a esa noche de forma íntima y sencilla junto a Jesús y José. Primero en Egipto y luego en Nazaret. Era gran alegría para mi corazón revivir, junto a mi esposo, los recuerdos de aquel Primer Adviento y la noche del Nacimiento. Pues  yo guardaba todas esas cosas y las meditaba en mi Corazón. Después del Bautismo de Jesús en el Jordán las cosas cambiaron…. Jesús estaba siempre rodeado de sus apóstoles y de las personas que lo seguían... y yo le acompañaba algunas veces… otras, sólo le podía acompañar con mi Corazón. Recordaba yo esos días amados…  el secreto de la Anunciación y los acontecimientos del Nacimiento me acompañaban en silencio, esperando el momento de visitar otros corazones…. Pero ese momento aún no llegaba. Yo seguía diciéndole al Padre “hágase en mi Tu Voluntad” sin saber cuándo sería el tiempo de revelarlos…
   - Madre, tu silencio es admirable. Tu entrega es admirable. Callar por tantos años semejante secreto, solo la Llena de Gracia podía hacerlo… Si, solo Aquella saludada por el Ángel  “Salve, llena de gracia; el Señor es contigo”…Todos tus silencios, Madre mía, llenan las páginas del Nuevo Testamento… Tus silencios que nos hablan de tu profunda humildad, de ser guardiana de los tesoros del Evangelio hasta que llegase el momento de confiarlos a la Iglesia… Sigue, Madre mía, sigue contando a esta pobre hija tuya que quiere aprender a imitarte…
   En el silencio del recinto tu mirada dulce y serena y tus manos tomando las mías, me responden  que en este camino de aprender a imitarte no estoy sola… tu me llevas, si yo me dejo llevar por ti….
   - Cuando fue el tiempo que el Altísimo me mostró,  ya pude confiar a los Apóstoles los valiosos y amados secretos de mi Corazón… Entonces, esa “inmensa alegría” de que hablaban los ángeles, comenzó a ser vivida y recordada también por la  Iglesia naciente… fue un camino lento y un aprendizaje… fue recordar para aprender, no recordar por recordar, porque eso no le sirve al alma…. Durante los primeros años yo les acompañaba y ellos me preguntaban… Así, mis secretos fueron llegando a los corazones y quedaron para siempre viviendo y latiendo en el Evangelio….
   Navidades distintas. Navidades de secretos guardados y de distancia prudente. Navidades de corazón callado y de alas extendidas…. Tus Navidades María….Tan distintas a las mías....
   Tengo tanto que aprender de ti, Señora Mía…..Enséñame, María, a imitar tu “volver del alma a esos días”…
   Sin salir de tu Corazón (¿adónde mas iría si quiero hallar a Cristo con seguridad?) te escucho….
   - En esta época del año, la Iglesia te va mostrando los caminos del Adviento… tiempo de preparación para recibir a Jesús, tiempo de ponerse en marcha hacia tu Belén interior…. Fíjate que en aquellos días de la Primera Navidad,  "apareció un edicto del César Augusto, para que se hiciera el censo de toda la tierra" (Lc 2,1) ¿Qué te dice este detalle, querida mía?
   - Pues… que como el Mesías debía nacer en Belén, el Señor dispuso todo de tal manera que José y tú estuviesen allí el día del nacimiento, pero ¿Qué tiene que ver  esto con mis días de Adviento?
   - Mucho, hija, tiene mucho que ver… Quiero mostrarte la importancia que tiene tu decisión, tu profundo deseo de hacer la Voluntad de Dios… siempre que este profundo y sincero deseo se halle en tu corazón,  siempre habrá un "César Augusto" que te empuje hacia donde debas estar, sabiéndolo él o no…. El Señor se ha de valer de las circunstancias ordinarias de tu vida para acercarte a Él, si tú se lo pides… El volver de tu alma hasta estos días ha de ser una meditación serena, tranquila… ha de ser una súplica a Dios para que tu corazón no se cierre a Su llegada, ha de ser un pedido sereno y firme de limpiar tu corazón de todas las cosas inútiles, pesadas y malolientes que a veces, sabiéndolo o no, guardas allí… en medio de tanta cosa ¿Dónde hallará su lugar mi Hijo?... Si tú me lo pides, he de alcanzarte la gracia que necesitas… hasta la gracia de desearlo….
   - ¿La gracia de desearlo? ¿Hasta eso Madre?
   - Si hija, si tu ni siquiera puedes desear plenamente ese "orden del corazón" que es tan necesario, y me lo cuentas, pues, te iré alcanzando la gracia que necesitas para que ese deseo tenga fuertes raíces en ti…
   - Oh, Reina y Madre de la Misericordia…. Cuan generosa eres, cuanto nos amas, que no escatimas medio para conducirnos a tu Hijo…. Si, hoy y todos los días de mi vida, te pido la gracia de tener este deseo de limpiar mi corazón… y cuando no esté en el sitio que deba,  pues, algún "César Augusto" me llevará adonde deba, si también me asistes con la gracia de la obediencia….
    Gracias Madre, por este momento que me dedicas…. Gracias… Sé que vendrás conmigo en los caminos del Adviento, sé que me esperas en la Nochebuena, junto a Jesús, en la Eucaristía…. Te pido que cuando llegue ese momento, pueda acercarme al Maestro  con el corazón libre de cosas inútiles, de sentimientos que lastiman y pesan, de recuerdos que amargan y opacan…. Y cantaremos juntas, María "Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres….."

   Cada Navidad es un volver del alma a esos días gloriosos… cada Navidad es un volver sobre mi corazón para hacer de él una cuna para Jesús, en una habitación limpia y ventilada, libre de cosas inútiles que opacan el brillo del cielo de Nochebuena….

María Susana Ratero
susanaratero@gmail.com 
(este relato se encuentra
 en mi cuarto libro
 "Madre, en tu Corazón")






















lunes, 25 de agosto de 2014

María y la inmensa profundidad del Cáliz

   ¡Qué profundo, Madre mía, es el misterio de la Misa!... Sólo desde la fe puedo reconocerlo. No es algo lejano e inalcanzable, sino cercano, repetido en cada Eucaristía… ¿A cuántas Misas asistí en mi vida? Imposible la cuenta y, sin embargo, aun tengo tanto por descubrir, por reconocer, por entender…
    - Y por disfrutar…- susurras a mi corazón como para que el gozo del alma sea completo…
   - ¿Disfrutar, Madre? Bueno, sí, es hermoso saber que Jesús está tan cerca, pero tus palabras van más lejos ¿verdad?...
   - Por cierto, hija, el descubrir, el reconocer y el entender, en la medida de tu capacidad, es incompleto si no te lleva a disfrutar, en lo más profundo de tu alma, el grandísimo acto de amor de Jesús en cada Eucaristía.
   - Llévame, Madre, de tu mano, a recorrer cada palabra, cada gesto que esconde, a los ojos del cuerpo, tan sublime milagro…
   Y pongo mi corazón en el Tuyo y te pido la gracia, si, la gracia de vivir este momento con la mayor intensidad que me sea posible… la gracia, Madre, porque sin la gracia es imposible, sin la gracia son vanos mis esfuerzos y pobres los resultados…. Y la gracia se da a quien la pide… por eso, en esta Misa, te suplico la gracia de disfrutar en mi alma el milagro del Amor…
   Y llega el tiempo de la Consagración y, por un momento, hasta el tiempo transcurre lento para reverenciar, a cada instante, a su Creador…
   El sacerdote toma entre sus manos el Cáliz… pronuncia las palabras santas… “Tomen y beban todos de él, porque éste es el Cáliz de mi Sangre…..” y  el vino ya no es vino sino tu Preciosísima Sangre, Jesús mío…
   Y tus palabras, María, le dan luz al alma para que entienda un poco más y pueda empezar a disfrutar…
  - ¡Es tan profundo el misterio que encierra este pequeño Copón! Contiene en sí al Dios de la vida. Tú no puedes penetrar con tus ojos las paredes del Cáliz, pero tu fe te dice que allí está Jesús
   Y por un instante, Madre, me llevas a Nazareth… el mismo milagro y tu vientre como Sagrario Perfecto.
  El sacerdote sostiene entre sus manos la Hostia y el Cáliz. Sólo Dios puede realizar tan grande prodigio, quedarse bajo la apariencia de pan y vino y dejarse sostener por manos humanas… y el Cáliz me sigue pareciendo inmenso, profundísimo, como vedando a mis ojos los más profundos secretos… Cáliz que contienes a tu Creador, Cáliz portador de secretos que no soy digna de conocer… Cáliz que eres promesa de amor cumplida, Cáliz bendito…
   Y empiezo, lentamente, a comprender lo que significa “disfrutar” de la Eucaristía… Tan grande milagro y ni un solo signo externo, tan grande milagro y estoy aquí, para verlo con la fe si he pedido antes la gracia, para disfrutarlo en mi alma sabiendo que Jesús está allí y hasta pareciera que el recinto ha quedado vacío y solo somos Jesús y yo…
   Y, sin notarlo casi, me veo acompañándote, María, al momento de la Ascensión, escuchando a Jesús: “ Y miren que Yo con vosotros estoy, todos los días, hasta la consumación del siglo” (Mt 28,20)
   Y las palabras de Jesús resuenan, nítidas, en mi corazón “ con vosotros, todos los días, hasta el fin…”
   - Al decir “con vosotros”, te incluye- dices, María, como para que no me sienta lejana- “con ustedes” es también contigo
   - También conmigo- y se me llena de asombro y alegría el alma al sentirme particularmente incluida en la promesa de Jesús…
   Se acerca el momento de la Comunión y, aun en tu Corazón, Madre, te pido la gracia de disfrutar, en mi alma, el milagro que se aproxima: Dios entrando a mí, Dios tornado en pan para el hambre de mi alma, que no puede saciarse con las cosas del mundo…
   Cerquísima ya del altar, las palabras de Maestro me invitan al abrazo, a la confianza… “contigo, todos los días, hasta el fin del mundo…” Que recibirlo no sea, Madre, un acto repetido, conocido y hasta casi mecánico… que sea un abrazo verdadero entre Jesús y yo… alcánzame la gracia, oh Mediadora de todas las gracias, de comprender, en lo que mi pobre capacidad pueda, que Dios Todopoderoso, Eterno, infinitamente Santo se coloca frente a mí, dejándose sostener por el sacerdote, mientras me repite: “Aquí estoy, contigo, como cada día, hasta tu último día”
   El Cáliz brilla en el altar y una niña dice “parece un tesoro”
   - De la boca de los niños brotará la alabanza- me recuerdas, Madre, para que no olvide que el Espíritu Santo sopla donde quiere y como quiere….
   Un tesoro escondido….
   - ¿Éste es también el tesoro del que habla Jesús?
   -  Hija, hablaremos de esto más tarde, ahora ve, que los brazos de mi Hijo se extienden hacia ti, en la Eucaristía….

   Y vuelvo a mi banco… y me traes en tu Corazón, Madre, y te encuentras con Jesús que está entrando al mío … y susurras “Contigo, hija, está contigo, como todos los días, hasta tu último día”
María Susana Ratero


NOTA de la autora: "Estos relatos sobre María Santísima han nacido en mi corazón por el amor que siento por Ella.”

miércoles, 23 de julio de 2014

AUDIOS de mis relatos para DESCARGAR

AUDIOS DE MIS RELATOS para descargar.
Esta idea nació hace varios años, cuando conocí a Cristian, un hermano no vidente, y sentí que yo podía leerle mis escritos.... pasado el tiempo, espero le sirvan a aquellos que no pueden leer o no tienen quien les lea. Descargar los audios es GRATIS, solo pido a quien lo haga, una oración por las Benditas Almas del Purgatorio
001. Desde las pequeñas cosas (es el mismo que aparece con el nombre "De paseo con María Santísima" en  "Mis encuentros con María")Descargar
002- El Angel Gabriel y la Inmaculada (del libro "Mis encuentros con María")Descargar
003- Con María, recordando la Anunciación (del libro "Mis encuentros con María")Descargar
004- Secreto de María, secreto de mujer (del libro "Mis encuentros con María")Descargar
005- El primer dolor de María y José ( del libro "Mis encuentros con María")Descargar
006- Hacia la Profecía (del libro "Mis encuentros con María")Descargar
007- Con María, caminando hacia Belén (es el mismo que "Con María, hacia mi propia Navidad" de "Mis encuentros con María")Descargar
008- De cara al mundo (del libro "Mis encuentros con María)Descargar
009- Anuncios dolorosos (del libro "Mis encuentros con María")Descargar
010- Con María y un doloroso anuncio de la Pasión (del libro "Mis encuentros con María)descargar
011- Con María, en Domingo de Ramos (del libro "Mis encuentros con María)Descargar
012- Con María, camino del Calvario (del libro "Mis encuentros con María)Descargar
013- Con María, recordando la Ascensión (del libro "Mis encuentros con María)Descargar
014- Con María, esperando Pentecostés (del libro "Mis encuentros con María")Descargar






viernes, 18 de julio de 2014

Mis Libros, para DESCARGAR GRATIS

18 de julio de 2014:
A vos, que has llegado hasta mi blog, te ofrezco, de corazón, mis libros...
La descarga es gratuita, solo te pido, por caridad, que ofrezcas diez Misas por las Almas del Purgatorio.
Si no puedes dar una limosna por la Misa, alcanza que las ofrezcas en tu corazón.

                          Este es el primero de mis libros "Mis encuentros con María"
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y esta es la tapa del libro:
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                                  Mi segundo libro es "Palabras... bajo el manto de María"
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y esta es la tapa del libro:
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                                       Mi tercer libro es "Con María, multiplicando migas"
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y esta es la tapa del libro:
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    Y hoy, 08 de julio de 2015,  te presento el libro
que está impreso desde diciembre de 2014:

                                     Mi cuarto libro "Madre, en tu Corazón..."  el cual tiene decreto de                                                                              "imprimatur" de Mons Hector Aguer, Arzobispo de La Plata
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y esta es la tapa del libro:
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Mis Libros, para DESCARGAR GRATIS