"Mis encuentros con María", de María Susana Ratero
-Relatos marianos-
martes, 28 de febrero de 2023
Beata Ana María Taigi y una eterna taza de té
sábado, 13 de noviembre de 2021
Mi última visita
Autora: María Susana Ratero
sábado, 14 de noviembre de 2020
Carta de la Beata Madre Tránsito Cabanillas a una mujer de hoy
Mi querida amiga:
Esta carta es para vos, que tenés una foto mía en tu bolso, en tu mesita de luz o pegada con cintex en la humilde pared de tu cocina. Estas palabras son
para vos, que me mirás entre lágrimas porque sentís que ya no sos niña, que la
vida se te abalanza y a tu alrededor todo parece una selva...o quizás sientas que tu matrimonio peligra, o tu hijo tiene triste el alma, o tu mamá está
grande y demasiado sola y te cruzás la ciudad para verla (porque tu casa es
chica y no te la podés traer con vos).
El otro día me
decías “¡Ay Madre, que difícil se
me está poniendo la vida!”. Yo me senté a tu
lado, te abracé sin que lo notaras e intenté decirte muchas cosas... pero no me
escuchabas, pues tenías demasiado lastimada el alma.
Por eso quise
escribirte... para que tengas este pedacito de mi corazón a tu alcance cuando
la soledad te inunde... cuando tengas
más preguntas que respuestas... cuando tus pasos ya no atinen caminos...
Quiero contarte lo
que fui aprendiendo en medio de dolores y alegrías, errores y aciertos, sueños
y desilusiones. No importa si yo escribía a la luz de una vela y vos mandás
correo electrónico, o si yo caminaba de San Vicente al centro y vos vas en
ómnibus. Ésos, amiga, sólo son detalles técnicos...
Verás, la Virgen
Santísima ha tejido para mí una canastilla nueva. En ella voy recogiendo tus dudas,
tu soledad, tus angustias y alegrías y, cada día, se la presento a María y ella
me la devuelve tornada en gracia y ternura para tu alma.
Pero esos regalos
sólo puedo entregártelos si tenés abierta la puerta de tu corazón (recordá,
sólo se abre por dentro).. Quizás vos te preguntés: “¿Cómo hago para
mantener abierta esa puerta? Si el viento helado de la soledad o las tormentas
del dolor y la angustia la cierran de un portazo, muchas veces a mi pesar”.
Te propongo que caminemos, dentro de tu
corazón, desde San Vicente hasta la plaza San Martín. En tan largo trayecto, te
iré contando que lo primero que debés hacer al despertar es decirle a
Nuestro Señor:”Solo a Vos os amo”, y con este pensamiento se te quitará toda
pereza. Si sos puntual en la observancia de tus deberes, y ofrecés tus
esfuerzos a la Virgen, ella te ha de alcanzar toda la gracia que necesitás y
las virtudes que te faltan. Durante el día, hablá mucho con el Señor en la
oración. Cuando salís al patio a tender la ropa, tomate un minuto, elevá
tus ojos al cielo y agradecé que tengás ropa para tender... en el mundo hay
pobres que no la tienen ni para ponérsela.
En esta
Cuaresma, recordá el gesto de Jesús al lavar los pies. Vos podés hacerlo de muchas maneras:
Perdonando a quien te ha lastimado, sonriendo a esa vecina que resulta tan
molesta, visitando a esa abuela del barrio que “esta bien” pero siente que el
día tiene demasiadas horas. Te prevengo que tu orgullo se alzará a los gritos.
No lo escuchés. Solo imitá a Jesús que nos dio ejemplo de tanta humildad.
Recuerdo que
acostumbraba a refugiarme, todos los días, en la llaga de su Santísimo
Costado y de allí sacaba las fuerzas que necesitaba yo, pobrísima criatura suya.
Pedíle a Jesús
la gracia de saber aprovechar tantos y tan diversos medios de que se vale para
conducirte a El, con seguridad. Pedíle que te dé a conocer el verdadero
espíritu con que debés conducirte en todo y su santo amor sea el móvil de todas
tus acciones. Mirá, nos vamos acercando a la plaza... He querido mostrarte
muchos caminos, que van directo a la puerta de tu corazón... Cuando sientas que
ya no tenés fuerzas, que la vida te pasa por encima, continuá caminando
hija, recordá que detrás de la puerta te espera una canastilla repleta de
gracia y ternura, que María te ha mandado a través de esta amiga que tanto
te quiere y te bendice de corazón
María del Tránsito Cabanillas de Jesús Sacramentado.
Publicado en "Palabras, bajo el manto de María"
(Las palabras en cursiva corresponden a textos adaptados de cartas de M. Tránsito)
Homenaje a la Beata Madre Tránsito Cabanillas de Jesús Sacramentado
El viento, en San Vicente,
tiene una extraña tonada,
cadencia de solitarios pasos,
crujir de canasta cansada.
remolinos para su dama,
frente a Santa Margarita,
aguarda cada mañana.
Más, ya no se abre la puerta,
no cruje ya la canasta,
su dama de negro velo,
en la Capilla descansa.
Parte, solitario y lento,
ritual de cada mañana,
de San Vicente al centro,
por conservar sus pisadas.
Repetida ceremonia,
canción de hojas y viento,
para que no se olvide Córdoba,
que hay huellas de santidad,
de San Vicente al centro.
sábado, 10 de octubre de 2020
María Santísima en Naím (Lc 7,11-17)
Jesús llegaba a Naím
y a la pobre viuda veía,
llorar a su primogénito
que tan joven moría.
Y en las lágrimas de ella,
Jesús vio las de María,
pues, cuando fuese Su Hora
Ella también lloraría.
Y entonces paró el cortejo,
que hacia la tumba iba,
y al consolar a esa madre
también consoló a María.
Y calladas las lágrimas
al muerto le decía:
"Muchacho, yo te lo digo,
levántate"
y enseguida
el muerto se incorporó
y muchas cosas
decía.
Jesús le tomó entonces
y así, vuelto a la vida,
lo devolvió a su madre
que de gozo resplandecía.
Prefacio de muerte y llanto
anuncio de nueva Vida
el Hijo resucitado
tendrá en sus brazos María.
María Susana Ratero
susanaratero@gmail.com
8 de diciembre
Hoy
canta el Cielo y la tierra
por la
promesa cumplida
celebramos
la Inmaculada
Concepción
de María.
El
Eterno Padre
ya la
amaba
cuando
el jardín del Edén
Adán y
Eva dejaban.
Por
Divino decreto
la
Eterna Sabiduría
redimiría
a los hombres
que en
pecado vivían.
¡Oh
Verbo Divino
que a
la tierra vendrías!
¿Dónde
reposar sin mancha,
sino
en la pura María?.
Ha
llegado el tiempo
del
que hablaba Isaías,
es
concebida sin pecado
la
siempre Virgen María.
Oh,
flor perfecta del Padre
que en
la tierra crecería,
cuna
perfecta del Verbo
fue
concebida María.
Hoy es
8 de diciembre
día
precioso entre los días
hoy renace la esperanza,
ya vive en Ana, María.
María Susana Ratero
susanaratero@gmail.com
El grito de Bartimeo (Mc 10,46-52)
El mundo de Bartimeo
sólo
tinieblas tenía
y
clamaba limosna
a
quien ni siquiera veía.
Rumor
de pasos y voces
en sus
oídos crecía
se
acercaba mucha gente
y él
no comprendía.
A la
vera del camino,
a un
costado de la vida,
Bartimeo
no sabía
Quién
era el que venía.
Entonces
una voz cierta,
como
el sol de mediodía,
le
dijo:” ¡Grita, Bartimeo,
el
mayor grito de tu vida!
viene
Jesús, el Nazareno,
la
profecía cumplida”.
Y sin
saber Bartimeo
que
era la voz de María,
gritó
fuerte y claro
el
mejor grito de su vida.
“¡Jesús,
Hijo de David,
apiádate
de mí!”
el
ciego suplicaba,
Jesús
se detuvo allí.
“¿Qué quieres que haga por ti?”
oyó
Bartimeo asombrado,
¡Oh
voces celestiales
las
que le habían hablado!
“Ver,
Maestro, ver”
fue un
sollozo ahogado,
“Pues
vé, Bartimeo,
tu fe
te ha salvado”.
Y ese
grito sigue siendo
puerta
de tantos milagros
y que
mejor que gritarlo,
María,
bajo tu manto.
María Susana Ratero
susanaratero@gmail.com
lunes, 7 de septiembre de 2020
Maestra
viernes, 14 de agosto de 2020
María y una habitacion cerrada
susanaratero@gmail.com
María y la fe de una mama
susanaratero@gmail.com