(va esta poesía en homenaje a todos los docentes, ya que en pocos días, en Argentina, es el día del maestro)
Maestra,
canto de alondras y cuentos de hadas,
perfume
de jazmines al nacer la mañana,
flor
de eternos pétalos,
en
los jardines de la infancia.
Maestra,
ángel custodio de tantas
ilusiones
nuevas,
inmensidad
de pájaros azules
despertando
la primavera.
Maestra,
veo tu corazón brotado
de
tiernos pimpollos, en marzo,
dulces
retoños que acariciarás
un
año, sólo un año...
Porque
noviembre se te abalanza
y
te sorprende inundada
en
mariposas blancas...
los
ves irse, pasar de grado,
más,
no se irán de tu alma...
Porque
Dios te ha dado, maestra,
un
corazón de campanas,
y de risas, y de besos,
que
puede guardar entre magia,
mil
pimpollos florecidos,
mil
brotecitos de infancia
y
eso hace que los ángeles
se
enamoren de tu alma...
María Susana Ratero
susanaratero@gmail.com
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